Cristóbal Medina

Recapitulando 2022

FECHA

Otro año más terminado, otro año en este blog y ya van… diez. Como siempre, esta entrada es un índice de los artículos publicados en el año que concluye, ordenados por etiquetas. Se trata de un repaso a los temas, que puede utilizarse para volver a leer alguna entrada o consultar aquellas que se perdieron al navegar en los mares inmensos de Internet.

2022 tiene un par de Reseñas: mi primera entrada es El sueño de Connor, estupenda novela de un amigo que recomiendo. Va de ciencia ficción y de un futuro cercano, tanto que podemos tocarlo con la mano. Y no, no son fantasías, sino predicciones acerca del rumbo que está tomando la humanidad. La otra reseña es la habitual —ya van ocho— del libro colaborativo de la asociaron La Sombra del Ciprés, esta vez dedicado a la novela policíaca, AV Confidencial, donde hace un cameo un tal Elicio Iborra.

Querámonos un poco es mi Defensa del castellano, etiqueta en la que últimamente me prodigo poco. Esta vez me tiro de los pelos por la putrefacción a la que le someten al no respetar su gramática e infestarlo de anglicismos innecesarios.

El 25 de febrero publiqué Guerreros. La guerra de Ucrania comenzó el día anterior, me hervía la sangre de indignación y saqué de un cajón de nuevo mi poema antibelicista Antes de que se agote mi voz. Para ello utilicé la etiqueta Reflexiones y, como la indignación no me abandonaba, el 5 de marzo publiqué otro No a la guerra. Mi siguiente reflexión va sobre la fe y las creencias: Soy un descreído, algo que me define muy bien. La inconsistencia de pensamiento desenmascara a esos idiotas que defienden a un dios omnipotente, asesinando a quienes osen insultarlo. Poco seso tienen, pues demuestran que su dios no es tan poderoso como para hacer algo por sí mismo —si fuera cierto que le ofenden las minucias de los torpes mortales, claro—. El tema subyacente durante todo el año año sigue siendo la guerra: La última guerra no habla de ninguna que ha de ser la última, sino constata que siempre hay una última guerra, antes de la siguiente.

Y la guerra ha impregnado también a mis Relatos, tres han caído, dos de guerra y uno de amor. Ras-ras va de un sonajero, historia basada en un hecho real que tiene que ver con la memoria histórica. El hacha de guerra es un alegato contra la barbarie, es decir, el resolver las diferencias con la atrocidad en lugar de con el diálogo. Termino con Esa dulce sonrisa tuya, mi cuento del libro Ávila amorosa. Espero que os guste tanto como a mí.

Mi incursión en la Política, en la que cada vez me prodigo menos, es: Banderas, bandoleros y bandidos. Tres palabras de la misma familia semántica e idéntico significado, el partidista, o sea la estupidez. Trato de exponer algo que ya tengo muy claro, que el nacionalismo es una enfermedad mental que distorsiona la percepción de la realidad en el individuo que la padece.

Una etiqueta que me gusta mucho, y que es un poco un cajón de sastre, es Historias. Este año tengo varias. Pedro El Justo ha pasado a la historia como Pedro El Cruel, pues la historia la escriben los vencedores. Es hora de revisar esas tergiversaciones para deshacer injusticias, como la imagen que algunos se han inventado sobre la II República Española, imagen que trata de tapar la tropelía del lío asesino en que metieron al país. De historia habla también Los Comuneros, en la que aprovecho para dar unas pinceladas sobre este tema, a raíz de la publicación de un cómic de mi autoría junto a la ilustradora Gris Medina: Los Comuneros en Gotarrendura, del que me siento muy satisfecho por la parte que me toca y muy orgulloso por la que no. Luego he hablado sobre Mi vocación de escritor, desvelando algunos datos confidenciales. Porfa, no lo leáis. La siguiente entrada es un relato breve. ¿Por qué no está en relatos? Pues porque es algo que me ha afectado de forma muy importante. Solo aquellos que tienen o han tenido una mascota podrán comprender mis lágrimas al perder a Sombra. Titulé la entrada Hasta siempre. En mi última historia os presento mi Belén, campanas de Belén y hablo de la incongruencia, que es la característica más común del ser humano.

En la etiqueta Literatura me he atrevido a parafrasear a un maestro: Reinterpretando a Cortázar. No he hecho más que traer a nuestros días sus Instrucciones para dar cuerda a un reloj. También he dado mi punto de vista sobre un personaje que tienen secuestrado algunos y que piensan que solo es de ellos y nadie más le puede admirar: Teresa de Cepeda.

Mi ración de Poesía está en Partir con los bolsillos vacíos, sobre la brevedad de la existencia, y Soñar la vida, una recreación libre y breve de La vida es sueño de Calderón.

Mis Viajes de este año han sido pocos, pero aquí he traído una ciudad que no conocía y que me ha sorprendido: Un paseo por Murcia, donde me reencontré con mi prima Lely.

Y, por fin, en mi Vida literaria he puesto mi habitual reseña sobre los ya tradicionales premios de la asociación de escritores de Ávila, este año celebrada el 19 de noviembre: VI Gala de Premios La Sombra del Ciprés.

Para acabar tengo una duda. La foto del adorno de luces que acompaña este artículo ¿qué pensáis que es? ¿Un tipo bebiendo de una botella, tocando una trompeta o fumándose un porro de gran tamaño?

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